Como
cada noche me sorprende el flaco silencio
Que
suave roza la penumbra de un lecho de sueños,
Donde
las velas marcan saetas de sombras que interrumpen el aroma del aire;
Aroma
con testigo a canela, limón y, madera
Perfume
de la piel que deja estela en mi retina,
Reflejo
de un espejo de emociones que los años
dejan ver sus canas.
Allí entre escenarios de miradas y versos sellan
amor dos Almas.
Espalda
y pecho se funden, testigos de su alianza.
Desde mi
mirada…beso
Suave silencio que mece entre sus brazos
ResponderEliminarEl aroma que desprenden tus versos
Versos que son pinceladas de amaneceres
Bailando sumergidos en mares violetas
Con sabor y cuerpo de azafrán.
Un beso
Desde el otro lado del mar.
El aroma de tus letras nos susurra al oído como pétalos para los sentidos.
ResponderEliminarUn beso.
Tus manos
ResponderEliminarCuando tus manos salen,
amor, hacia las mías,
qué me traen volando?
Por qué se detuvieron
en mi boca, de pronto,
por qué las reconozco
como si entonces, antes,
las hubiera tocado,
como si antes de ser
hubieran recorrido
mi frente, mi cintura?
Su suavidad venía
volando sobre el tiempo,
sobre el mar, sobre el humo,
sobre la primavera,
y cuando tú pusiste
tus manos en mi pecho,
reconocí esas alas
de paloma dorada,
reconocí esa greda
y ese color de trigo.
Los años de mi vida
yo caminé buscándolas.
Subí las escaleras,
crucé los arrecifes,
me llevaron los trenes,
las aguas me trajeron,
y en la piel de las uvas
me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho
y allí como dos alas
terminaron su viaje.
Pablo Neruda
Venía a ver si habías escrito algo, y veo que nada tienes, pero te dejo mis saludos y te agradezco hayas pasado por mi rincón.
ResponderEliminarUn beso.